Tú también juegas al tenis? Entonces sabrás que los entrenamientos y las actividades físicas demandan de nuestro cuerpo un esfuerzo físico extra que si no se acompaña con una nutrición adecuada puede afectar nuestro rendimiento e incluso nuestra salud. Por ello queremos compartir contigo las claves para que alcances tus metas de la mejor manera posible.
¿Qué necesidades reales tiene nuestro cuerpo y qué elementos nos condicionan?
Tal y como sucede en otros deportes de raqueta, en el tenis la fuerza física y el entrenamiento exigen una adecuada cobertura de los requerimientos dietético-nutricionales. La clave se encuentra en saber optimizar la dieta para alcanzar el balance energético-proteico óptimo y reponer los fluidos que perdemos en cada actividad.
Hacerlo pasa por dos elementos de vital importancia. El primero es conocer los factores que pueden condicionar nuestro gasto energético: duración de los entrenamientos, músculos trabajados, órganos movilizados, lugar de las prácticas y condiciones climatológicas, entre otras.
El segundo, es centrar toda la atención en los alimentos que verdaderamente necesita nuestro organismo en cada momento y la frecuencia con la que deben ser consumidos para sacarles el mayor y mejor provecho posible.
¿No sabes cuáles son? ¡No te preocupes! – Ya te los presentamos.
Nutrientes imprescindibles en la dieta de un tenista
La dieta diaria de un tenista debe ser variada y equilibrada en alimentos y nutrientes, con protagonismo de los hidratos de carbono. También se deben hacer un mínimo de 5 comidas al día de manera ordenada y fraccionada.
Los hidratos de carbono
Los hidratos de carbono, presentes en los cereales en sus diversas versiones y alimentos (arroz, avena, quinoa, pan, pasta…) y otros alimentos como la patata, las frutas las legumbres y las verduras, proporcionan la energía necesaria para realizar el ejercicio. Por eso su ingesta mínima recomendada es de entre 5-7 g/kg de peso corporal por día en entrenamientos moderados (1-1:30 h/día), y de entre 7-10 g/kg de peso corporal por día en entrenamientos de larga duración (2-4 h/día).
Las proteínas
Aunque con una ingesta inferior, las proteínas (aves, carne, pescado, huevo, lácteos, legumbres, frutos secos, entre otros) resultan igualmente importantes durante la práctica de este tipo de deporte. Junto con los hidratos de carbono contribuyen a reparar el daño muscular y a favorecer una adaptación y maximización de los efectos del entrenamiento. La recomendación es consumir entre 1,2 y 1,4 g/kg de peso corporal por día.
Las grasas
Para alcanzar nuestro mejor rendimiento físico las grasas que incluimos en nuestra dieta deben aportarnos entre un 20 y un 30 % de energía. De ahí la importancia de priorizar la ingesta de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, como las presentes en el aceite de oliva, el aguacate, el pescado azul y los frutos secos, entre otros.
Los suplementos
Una suplementación responsable constituye la más acertada fuente de vitaminas, minerales y otros nutrientes necesarios para ayudar a mantener el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Escoger el más adecuado, así como identificar la frecuencia idónea para su ingesta según nuestras necesidades energéticas en cada momento, puede representar la clave para alcanzar nuestras metas.